domingo, agosto 23, 2009

Es preocupante cómo la cultura de violencia y muerte va ganando terreno en nuestra Diócesis de Carora, debido a que los valores familiares se van deteriorando cada vez más. Los padres de familia se declaran derrotados en su importante misión formativa en el seno del hogar, presionados por el ambiente materialista que dañan los valores de las familias.


Estas últimas semanas hemos visto en “el Caroreño” (periódico local), como han acecinado a personas inocentes, atracos a diferentes negocios, actos lascivos con menores de edad, etc. Esta lamentable situación está atentando fuertemente contra la tranquilidad ciudadana y la paz social. Es necesario fortalecer la conciencia de la dignidad de cada persona humana, su derecho a vivir y trabajar en armonía fraterna; así como a convivir en un ambiente de respeto y estabilidad comunitaria.


Así mismo, en muchas de las instituciones educativas, se ha abandonado la promoción de los auténticos valores que están a la base de una sana convivencia social, como son: el respeto por las personas, el orden, la responsabilidad, la justicia, etc.


En este contexto, la Iglesia está llamada a testimoniar por medio de la Misión Continental y el Concilio Plenario de Venezuela, los valores propios del Evangelio, como su aporte específico al desarrollo de los pueblos y la paz social.


Por ello, les exhorto a intensificar confiadamente nuestra oración a Dios nuestro Padre, como el recurso más importante de nuestra fe en los momentos más difíciles de nuestro caminar. De igual manera invito a todos los párrocos de cada unas de las Iglesia que conforman nuestra Diocesis, a que cúmplalos la verdadera misión que nos exige el Concilio Plenario de Venezuela y la Misión Continental, que realicemos jornadas de oración, que fomenten entre los fieles, los valores de la vida, de la dignidad, la responsabilidad social, la honestidad, la justicia y la paz.


José Colmenares Sisiruca

Hemos visto en estos tiempos como ha surgido un montón de sectas que han captado a mucha gente católica y la ha hecho cambiarse de religión, es de hacer notar que estas sectas a pesar de creer en cristo, no son la verdadera fe y fueron creadas por personas que interpretaron la biblia a su conveniencia y antojo, podemos citar que las de mayor auge en nuestro país son los testigos de jehová y evangelicos que la gente considera inofensivos, pero caen en gravisimos errores y son considerados anatemas por el concilio vaticano, ya que solo la iglesia católica es santa y tiene la herencia espiritual de los apóstoles al pasar de generación a generación a través de los "PAPAS" el sagrado espiritu santo con que fueron bendecidos los apóstoles por nuestro señor Jesucristo. También podemos nombrar la presencia de adventistas, mormones, pentecostales y los "Pare de sufrir" que mas que una secta son unos estafadores y cobran sumas de dinero altísimas para conceder supuestas curaciones y milagros que nunca ocurren a la gente ignorante que cae en sus redes de falsedad. Es de hacer notar que el católico bautizado al cambiarse de religión seguirá siendo católico ya que el bautizo es sagrado y no se quita como si fuese un titulo honorario o algo parecido, por eso seguirá siendo católico hasta su partida al otro mundo y por estar en una secta se puede considerar descarriado y ciego espiritual. El llamado es para que pensemos muy bien antes de decirle si a una de estas sectas que nos desvían del verdadero camino, debemos seguir a la iglesia católica por ser la verdadera fe, por ser apostólica y ninguna otra religión proviene de los apóstoles y de Jesús tan directamente como la iglesia católica.

Gerardo Arroyo

lunes, marzo 30, 2009

Ya próximos a la celebración de la semana santa, quiero animarles y exhortarles, para que en estos días últimos de la cuaresma, nos sigamos preparando y ayudando lo mejor posible para que así podamos celebrar la resurrección del Señor.

Es importante, que este año, valoremos más el acontecimiento de la Pascua. Jesús, vence la muerte. El Padre lo resucita y en El a cada uno de nosotros. No podemos quedarnos solo con una visión dolorista de la semana mayor. No es una semana de dolor; los momentos más dolorosos de Cristo, son recordados porque Cristo esta vivo, es la resurrección la que le da sentido a toda la vida de Jesús.

Vivamos la resurrección; vivamos intensamente la vida y convirtamos nuestras luchas en una búsqueda de vida en abundancia. Es fundamental, encontrarse con el Resucitado, para que así seamos testigos del Dios de la Vida y no estemos predicando a un falso dios que se complace en el dolor y el sufrimiento.

Dios no quiere la muerte de sus hijos. Dios no acepta el sufrimiento, por ello, como Padre de la Vida, resucita a su Hijo Jesús.

Que cada uno resucite, venciendo las muertes de cada dia, y que cada uno hagamos la voluntad del Padre, para que por la fe, lleguemos a la salvación en Jesús el Señor de Señores

Jaime Vivas, Pbro.