sábado, abril 21, 2007

“-Padre, ¿puede hablar usted con mi hija? Está altanera, nos mete su enamorado a casa cuando no estamos y yo temo sobrepasarme al reprenderla!”

¿Los padres están realmente conscientes de la enorme responsabilidad educativa que les compete? ¿Es adecuado el modo de educar que predomina en el común de los hogares?

Nadie duda de la importancia y vigencia de la familia como la institución básica en la formación del ser humano, la que tiene mayor acceso a la intimidad de la persona, como la más convincente y primera escuela de nuestra personalidad.

La familia luce afectada de una progresiva incapacidad educativa, no sólo por si propia crisis interna, o por la ignorancia de los padres, sino porque los valores que debería inculcar en sus hijos están poderosamente contestados o neutralizados por otros sistemas de valores que, desde el exterior, la sociedad genera y trasmite, de forma deslealmente competitiva.

Papás, desde niños hay que acariciar, escuchar, hablar, oír, preguntar, aconsejar, recalcar, prohibir, estimular a las hijas, dando razones, dialogando con firmeza. No basta darles techo, alimento y vestido.

En el ejemplo y la verdad Uds. Papás, son los primeros responsables de la educación de sus hijos.
Padre, Edgar Roa.
Libro, Persona Humana Decente.

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